Escribir como lector: el monólogo interior

Perdón por la molestia ...

-Hola ¿Te puedo hacer unas preguntas?

-Si, por supuesto

-¿Como te llamas?

  ¿Qué como me llamo?, yo no me llamo, a mí me llaman. ¿Quiere saber mi nombre?... Juan, pero los que me conocen me dicen Juancho. ¿Y mi apellido, quiere saber mi apellido también?...Mi apellido es Pérez. Seguramente eso quiere saber. Le dije: -Juan Pérez.

-¿Ocupación?

  ¿Cuál es mi ocupación?, no entiendo a este tipo, quiere saber de qué trabajo o qué estoy haciendo ahora. Lo que estoy haciendo ahora creo que es evidente estoy esperando el colectivo. Si lo que quiere que le conteste es de qué trabajo… ¿Qué m&%!¡ le importa a este de qué trabajo? Soy obrero, pero no es lo que me gustaría, que vueltero que soy. Le dije:-Obrero en una fábrica de motos.

-¿Cómo te afecta el paro de mañana?

¿Qué como me afecta? ¿Se refiere a si me molesta que los colectiveros hagan paro, si es un problema para mí que mañana haya paro?...Vamos a lo corto y sencillo, le contesté: -Es terrible para mí porque tengo que ir a trabajar igual, y como solo puedo llegar en colectivo, voy a tener que ir hoy a la noche, porque sino no voy a poder ir, si no voy me echan, y si me echan…, eso no importa.

-¿Y para volver como vas a hacer?

¡Volver!, no lo había pensado, voy a tener que esperar a pasado mañana cuando haya transporte publico de nuevo. ¿Y si me pasa algo?¿Si me roban porque me quedo dormido en algún lado?¿si tengo hambre y no tengo nada para comer? Eso no le importa. Le dije:-Espero a las 00:00 de pasado mañana.

-¡Muchisimas gracias!

Franco Della Valle

Escribir como lector: el monólogo interior

El carnet

Me preguntó:

-¿NOMBRE Y APELLIDO?

-JUAN GABRIEL BACIGALUPPI

-¿FECHA DE NACIMIENTO?

Pensé… “y eso qué cambia”, si me debería tratar como si la edad no importara, como si tener diecisiete, treinta o setenta años fuera tener los mismos derechos a opinar. Porque siempre que alguien menor a otra persona tiende a demostrar lo que piensa, parece que fuera una falta de respeto. No sé si será porque le molesta que se equivoca y se lo hacen notar, o por el simple hecho de tener menos experiencia e inteligencia por tener menos años ¿y qué tal si todos los estudios y los hechos que vivió lo llevaron por mal camino? Pero claro, qué le interesaba a él todo lo que yo pensaba, así que le respondí:

-DOCE DE AGOSTO DE MIL NUEVE NOVENTA Y OCHO

             Luego, me dijo:

-¿NÚMERO DE DOCUMENTO?

             Me vino a la cabeza un pensamiento que me causó gracia. ¿A quién se le ocurriría poner un número para identificar a los pobladores? Un genio, sin duda, pero no se dio cuenta de que terminamos como artículos de mercado con códigos de barra. Sí, a veces tengo una mente inmadura.

-43.352.975

-DOMICILIO

            ¡Uff! ¿Cuál de todos? Porque uno no está en un solo lugar todos los días. A veces estoy con amigos en lugares que son como  nuestras casas y que no nos pertenecen pero sin embargo pasamos largo tiempo allí, o en ocasiones el colegio se vuelve un hogar de tantas horas que le dedico. Pero creo que a lo que realmente se estaba refiriendo era al lugar donde uno se queda a comer, entretenerse y dormir todos los días, así que le respondí:

-ERNESTO DEL LEÓN 4381, DON TORCUATO, ARGENTINA

             Me dijo:

-TELEFÓNO

           Mire, tengo un celular que con los rápidos avances tecnológicos parece que es un ladrillo con teclas, me sirve para llamar y mandar mensajes. Si, señor, cumple con su real función, pero sin embargo, pienso que necesito uno para jugar, sacar fotos, entrar en redes sociales… No sé por qué, pero el simple hecho de que todos tengan lo mismo, me genera una especie de exclusión de  la sociedad. Me olvidé de mis intereses y le respondí:

-48725445

               Me preguntó:

-¿PADRE, MADRE O TUTOR?

               Le diría que mi padre es el que trabaja y es por eso que tengo la posibilidad de tener la heladera llena. Sin embargo, creo que mi madre es la que más cuidado y atención me tiene desde que tengo memoria. Sacándome este dilema de la cabeza, le dije lo que quería saber.

-CARLOS BACIGALUPPI

             Me hizo firmar la planilla y le dí el dinero para hacer el carnet.     

Juan G. Bacigaluppi    

Escribir como lector: el monólogo interior

Admisión

Entré en la que seria mi próxima escuela en unos pocos minutos. Luego de caminar por unos pasillos que parecían interminables, me senté en frente de la directora. Fue allí cuando el cuestionario empezó:

-¿Cuántos años tenés?, dijo.

Parecía no tener sentido preguntar eso ya que ella sabía el año que iba a cursar y que nunca había repetido ningún año. Sin embargo, de la forma más educada, le respondí:

-Dieciséis

Me dijo:

-¿En que localidad vivís?

La respuesta a esta pregunta parecía obvia pero al contestarla tendría que agregar otros aspectos. No solo importa dónde vivo sino cuánto tardo en llegar a la escuela, qué tipo de transporte utilizo y si es seguro regresar de la escuela a la tarde teniendo en cuenta dónde vivo. Dejando todo esto de lado, respondí lo que debía responder:

-En Pacheco

Luego me preguntó:

-¿Te gusta esta escuela?

No podía responder esto con un sí o un no ya que esa no era la principal razón de mi llegada allí. Aunque me gustaba su aspecto, yo no quería estar en ese lugar, lo que a mi me gustaba era estar en mi antigua escuela y con mis amigos. Sin embargo, debido a los problemas laborales de mis padres y a nuestra forzada mudanza eso ya era algo imposible. Entonces le dije:

-Sí, es bastante linda

Finalmente me preguntó:

-¿Qué me podes decir de tu ambiente familiar?

Al escuchar esta pregunta no me quedaba claro si se refería al trato que tenía con mis padres y hermanos solamente o también involucraba a mis tíos y primos. Además, al responder a esta pregunta tendría que aclarar que estaba peleado con mi padre porque no me había querido comprar algo y también con mis primos con algo que había pasado en un partido de fútbol. Pero claro estaba que ella quería una respuesta concreta que dejara de lado los demás aspectos que no eran importantes. Luego de pensarlo por varios segundos, respondí:

-Creo que es bastante bueno según mi parecer.

Ella dijo,

-Bueno, muchas gracias. Nos ocuparemos de otros detalles luego con tus padres. Bienvenido a la escuela.

Luego se paró, me dio la mano y me escoltó a la salida

Joaquín Torres

            

Escribir como lector: el monólogo interior

Deportes

-Hola, buen día. Vengo por los estudios de de Rugby.

Me dijo:-Hola, para hacerte los estudios necesitas llenar esta hoja.

El papel decía:-¿Nombre y apellido?

                        -Juan Hernández.

El papel decía: -¿Edad?

                        -Diecisiete años.

La hoja decía:-¿Posición?

            Cuando leí esto pensé… ¿Posición? ¿Mi posición en qué? En la vida, en el mundo ¿En qué? Soy un adolescente que en vez de estar durmiendo en mi casa estoy acá, después de una hora y media de colectivo. ¡Qué cansancio!

            Pero con posición se refería a otra cosa entonces anoté:

                        -Primer centro.

En la hoja decía: ¿Altura?

            Otro problema. Porque cuando uno se pone a reflexionar sobre las cosas sencillas descubre que no son tan sencillas. Mis padres son altos y mis abuelos también. Pero yo no, yo  soy un enano en un mundo de gigantes. Como en esa película… Ay, ¿Cómo se llamaba?... Me acuerdo la última vez que fui al cine. Fui con mis amigos Nacho y Tony al cine de Unicenter. Nacho es alto pero Tony no, es como yo, un enano. Pero… ¿Enano? No, no correspondería escribir eso por lo tanto escribí:

                        -1,65m.

El papel decía:-¿Jugaste antes al rugby?

            Y… Jugaba antes en el colegio con mis amigos pero no era, para nada, como es ahora. Los entrenamientos, los partidos y torneos, los golpes, lastimaduras, cortes... Pensar que un jugador de rugby se expone a todo eso con el único objetivo de apoyar la ovalada en el ingoal contrario. ¡Ah, el rugby! ¡Qué lindo deporte! Ojalá algún día llegue a jugar en primera y con mucho esfuerzo y un poco de suerte, quizás, algún día, jugar en la selección. Pero en vez de escribir eso simplemente anoté:

                        -Sí.

El papel decía: -¿Historia familiar?

            ¿Historia familiar? Mis abuelos llegaron de Europa como inmigrantes. Mi abuelo, español y mi abuela, italiana. Se casaron en Argentina y tuvieron a mi papá. Mis padres se conocieron bailando en un boliche. A los 32 años me tuvieron a mí y un año después, a mi hermana.

            Pero nuevamente sabia que no se refería a eso por lo tanto escribí: -Ningún antecedente familiar.

El papel decía: -Firma.

            Puse mi firma y se lo entregué a la mujer.

                        -Tu número es el 45.

            Me senté, cruzado de brazos a esperar mi turno.

            

Pedro Belardo

Escribir como lector: el monólogo interior

A partir de la lectura de la obra de teatro breve Los Datos Personales, de Julio Mauricio, se les propone a los alumnos de 5°año que escriban un monólogo interior que muestre las reflexiones de un personaje sobre su propia vida cuando debe completar sus datos personales.

En el auto

Se suben al auto.
-Hola
-Hola
- ¿Cómo  les fue el domingo?

- ¿Cómo me fue?  En realidad ganamos, pero … ¿a mí? Yo jugué un partido malísimo. Terminé golpeado y perdí como tres pelotas, además lo que hice bien nadie me lo reconoció. Igual, el viejo de Tomi pregunta por el equipo.

-Bien, ganamos
-Bien! Qué lindo jugar con lluvia no?

Ah! Qué gran cliché. Imagínate solo por un segundo la situación: La ropa pesándote el doble, el agua que te molesta para ver, los golpes te duelen y además te quedan ardiendo, cada vez que te caés al piso te enterrás en el barro y un frío espantoso; y te acordás de la amenaza de tu vieja que te dice “Si no te abrigas no vas” que depende la situación varía a “Si no te va bien en el cole no vas más a Rugby”

-Si, le agrega emoción al partido -dije
-Jaja , see. Che, ¿por dónde querés que te deje? 
Mirá,  en mi casa quiero que me dejes. Desde la Ruta Nueve todavía me tengo que tomar dos bondis y caminar tres cuadras. Llego como a las 10 re cansado, me tengo que bañar y, como en mi casa se levantan temprano, comer la comida fría y solo. Sumado a todo esto, tengo que rezar que no tenga algo importante que hacer de la escuela para poder dormirme a las 11

-En la nueve, que ahí vos doblas.
-Dale, dale.

André, Francisco