Deportes
-Hola, buen
día. Vengo por los estudios de de Rugby.
Me
dijo:-Hola, para hacerte los estudios necesitas llenar esta hoja.
El papel
decía:-¿Nombre y apellido?
-Juan Hernández.
El papel
decía: -¿Edad?
-Diecisiete años.
La hoja
decía:-¿Posición?
Cuando leí esto pensé… ¿Posición? ¿Mi
posición en qué? En la vida, en el mundo ¿En qué? Soy un adolescente que en vez
de estar durmiendo en mi casa estoy acá, después de una hora y media de
colectivo. ¡Qué cansancio!
Pero con posición se refería a otra
cosa entonces anoté:
-Primer
centro.
En la hoja
decía: ¿Altura?
Otro problema. Porque cuando uno se
pone a reflexionar sobre las cosas sencillas descubre que no son tan sencillas.
Mis padres son altos y mis abuelos también. Pero yo no, yo soy un enano en un mundo de gigantes. Como en
esa película… Ay, ¿Cómo se llamaba?... Me acuerdo la última vez que fui al
cine. Fui con mis amigos Nacho y Tony al cine de Unicenter. Nacho es alto pero
Tony no, es como yo, un enano. Pero… ¿Enano? No, no correspondería escribir eso
por lo tanto escribí:
-1,65m.
El papel
decía:-¿Jugaste antes al rugby?
Y… Jugaba antes en el colegio con
mis amigos pero no era, para nada, como es ahora. Los entrenamientos, los
partidos y torneos, los golpes, lastimaduras, cortes... Pensar que un
jugador de rugby se expone a todo eso con el único objetivo de apoyar la
ovalada en el ingoal contrario. ¡Ah, el rugby! ¡Qué lindo deporte! Ojalá algún día
llegue a jugar en primera y con mucho esfuerzo y un poco de suerte, quizás,
algún día, jugar en la selección. Pero en vez de escribir eso simplemente
anoté:
-Sí.
El papel
decía: -¿Historia familiar?
¿Historia familiar? Mis abuelos
llegaron de Europa como inmigrantes. Mi abuelo, español y mi abuela, italiana.
Se casaron en Argentina y tuvieron a mi papá. Mis padres se conocieron bailando en
un boliche. A los 32 años me tuvieron a mí y un año después, a mi hermana.
Pero nuevamente sabia que no se
refería a eso por lo tanto escribí: -Ningún antecedente familiar.
El papel
decía: -Firma.
Puse mi firma y se lo entregué a la
mujer.
-Tu número es el 45.
Me senté, cruzado de brazos a
esperar mi turno.
Pedro Belardo